EL LAVADERO DE SANTA ANA

¿Y...qué podemos decir de la perspectiva y calidad de esta foto? Pues, que no es un montaje; es simplemente un alarde de buen hacer del fotógrafo. Desde el fondo sur del levadero, y con la cabeza prácticamente sumergida en el agua, consiguió esta magnífica imagen.

Como veis su fábrica de ladrillo antiguo visto se refleja con suma nitidez en el cauce donde nuestras antepasadas enjabonaban y aclaraban nuestras ropas, que luego tendían al sol en los alrededores en aquellos tiempos libres de viviendas.

¡Cuántas horas han echado nuestras madres en esa tarea. Con frecuencia era tal la demanda de un sitio para lavar que nos mandaban a los niños para guardarlo cuando se levantaba alguna. Avisábamos en la casa y para allá nos encaminabamos con el caldero de cinc, la tabla de madera el jabón antiguo de sosa y la ropa sucia. Hubo días en que este lugar estuvo ocupado las 24 horas del día.

En los laterales del riachuelo observamos una bajada de cemento; casi se insinúan unas ranuras gastadas por el tiempo y los restregones que daban con la ropa previamente mojada y enjabonada, pero mejor lo veremos en la foto siguiente.